¿Es El Bautismo Una Prioridad?

 

 

Hay ocasiones en que encontramos en las congregaciones personas que conocen bien su situación espiritual delante de Dios, que conocen la pala¬bra de Dios y lo que necesitan hacer para reconciliarse con Dios, pero que aún así posponen su bautismo. Otra situación "rara," la encontramos en aquellos que les toca ministrar el bautismo a los creyentes. Tal vez usted conoce la práctica de algunos grupos religiosos que condicionan la salva¬ción, bautizando solo cuando el candidato al bautismo: Cumple cierto grado de conocimiento; hasta que cumple con cierta cantidad de estudios que ellos mismos determinan; o bien, hasta que se completa cierta cantidad de candidatos al bautismo. Esta clase de actitud nos dice que, para ellos, el bautismo: no es una prioridad, no es tan importante, no es urgente, y lo pueden dejar "para cuando puedan." Pero, ¿qué dice la Biblia?, como sabemos en religión las Escrituras son la regla a seguir y son ellas las que determinan lo que debemos creer y practicar, no la opinión o razonamien¬to de los hombres. Así que consideré¬moslo un poco.

I. ¿Debo Bautizarme Ahora, o Después?
La posición de la Biblia es clara y nos dice que la voluntad de Dios es: AHORA. Los ejemplos del Nuevo Testamento ponen al bautismo como una necesidad de carácter urgente. Leamos algunos ejemplos: "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hechos2:41). "Y sacándolos, les dijo: Seño¬res, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesu¬cristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos." (Hechos 16:30-33).


Otro ejemplo claro es el de Saulo de Tarso cuando tubo aquel encuentro con el Señor en el que Saulo pregun¬tó: ¿Qué haré Señor? (Hechos 22:10). La respuesta del Señor fue: ve a Da¬masco, y ahí te dirán lo que debes hacer. Ya en Damasco, Ananías le animó a bautizarse, pues no había ningún motivo para seguir posponién¬dolo un día más. Él le dijo: "Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invo¬cando su nombre." (Hechos 22:16).
Como ustedes pueden ver, en estos ejemplos, el bautismo siempre fue atendido al instante. Las frases: "aquel día," "aquella misma hora de la noche," "en seguida," "por qué te de¬tienes," indican que el bautismo es una prioridad que debe llevarse a cabo en el acto, de forma inmediata, una vez que la persona ha decidido obede¬cer y que por lo tanto no se debe dejar para después.

Aún desde los primeros bautismos en el día de Pentecostés, se demuestra la urgencia con la que esto debía ha¬cerse. Por otra parte, por ningún lado se ve la idea de dejarlo para después. El ejemplo más claro, como usted lo puede confirmar, es el del carcelero de Filipos, en el que él y los suyos fueron bautizados en aquella misma noche. Esto dice lo importante que es hacerlo ahora mismo, y no dejarlo para "ma¬ñana," "para el domingo," "para la campaña," etc.

II. ¿Debo Obedecer Ahora o Después?
El pensamiento más común en el hombre es: "mañana," "después," "primero viviré mi vida como yo quie¬ro y luego buscaré a Dios." Aplazar nuestro bautismo y dejar nuestra obe¬diencia para después, va en contra de la voluntad de Dios. Él quiere que lo hagamos ahora: "Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación" (2 Corintios 6:2). El no hacerlo, implica correr una serie de riesgos que a final de cuentas nos llevaría a perder la salva¬ción, por ejemplo:


1 .Al dejar nuestra obediencia para más tarde, corremos el riesgo de olvi¬dar que la reconciliación con Dios es la necesidad mas grande del hombre (Marcos 16:15-16).
2.El riesgo de no ver que la segun¬da venida de Cristo, además de nues¬tra muerte, son dos cosas que pueden ocurrir en cualquier momento (He¬breos 9:27-28), y con ello se acaba la oportunidad de reconciliarnos con Dios. El riesgo de que, por el engaño del pecado, nuestro corazón se endu¬rezca (Hebreos 3:12; 6:4-6).
3, Que la paciencia de Dios para conmigo se agote al estar ignorando su voluntad, dejándolo para mañana (Hebreos 12:15-17; Lucas 18:15).
4. El testimonio de las Escrituras nos advierte del error que se comete al demoramos en obedecer. Es por eso que las Escrituras nos dicen: "obedez¬ca ahora o corra los riesgos." "Entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación" (He¬breos 3:15). "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3:20).


Estos son algunos ejemplos que indican la importancia de obedecer ahora, debido a que hay un "tiempo aceptable" en el cual Dios puede escu¬charnos y recibirnos, y que por lógica, al mismo tiempo sugiere que llegará el momento cuando ya no será así. "Volveos a mi reprensión; he aquí' yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras. Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, ex¬tendí mi mano, y no hubo quien aten¬diese, sino que desechasteis todo con¬sejo mío y mi reprensión no quisisteis, también yo me reiré en vuestra cala¬midad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; cuando viniere como una destrucción lo que teméis, y vues¬tra calamidad llegare como un torbe¬llino; cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia. Entonces me llamarán, y no responderé; me busca¬rán de mañana, y no me hallarán" (Proverbios 1:23-28).

III. ¿Qué Impide Que Yo Sea Bautizado?
"Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautiza¬do? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondien¬do, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios" (Hechos 8:36-37). El contex¬to del bautismo nos dice que hay va¬rios requisitos que una persona debe cumplir para poder bautizarse, estos son: Oír la palabra de Dios (Romanos 10:17), creer en Jesucristo (Hechos 8:36-37), arrepentirse de sus pecados (Hechos 2:38; 3:19), confesar su fe en Jesucristo (Romanos 10:9-10; Hechos8:37). En el ejemplo de Hechos 8, aprendemos que si el Eunuco hubiera sido incrédulo a Jesucristo, Felipe no le hubiera bautizado. Esto nos dice que una persona puede bautizarse, siempre y cuando llene estos requisi¬tos. Por otra parte, sabemos que hay muchos que impiden el bautismo a la gente, imponiendo cargas que en realidad Dios no ha mandado, o exi¬giendo requisitos que las Escrituras no establecen. Tal es el caso de los que exigen que primero debe cumplir con cierta cantidad de estudios, o de cono¬cimiento antes de poder bautizarlo. Esto es una mala interpretación de la palabra de Dios, pues aún desde el mismo mandamiento en Mateo 28:19-20, el Señor establece el orden a se¬guir. Y, como usted mismo lo puede confirmar en su Biblia, el orden es: Primero, predicación del evangelio, segundo: bautizar al creyente, y terce¬ro: Enseñarle a guardar las demás cosas que Cristo ha mandado. "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nom¬bre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén" (Mateo 28:19-20). Pero el hombre en su sabiduría juzga que él puede mejorar el plan de Dios y que si enseña primero todas las cosas que Cristo ha mandado, aquella persona no se retirará jamás de la iglesia. De esta forma una persona que llena los requisitos del plan de salvación, no se puede bautizar, pues, según ellos, necesitan primero un período de ense¬ñanza. La realidad de todo esto es: que aquella persona que desea que le bauticen, y nosotros lo impedimos, está corriendo los riesgos que ya men¬cionamos antes, pero no lo está ha¬ciendo bajo su responsabilidad, sino más bien, porque alguien se lo está impidiendo. Además de que se pone en segundo lugar los requisitos esta¬blecidos por Dios, lo cual está prohibi¬do ya que no tenemos derecho de quitar o aumentar, ni siquiera pensar más de lo que está escrito. (Apocalip¬sis 22:18-19; 1 Corintios 4:6). 

Conclusión: El bautismo es una prioridad, es una necesidad urgente que usted debe atender ahora, si aún no lo ha hecho. En caso de que usted decida aplazarlo para después, recuer¬de que corre el riesgo de perder la oportunidad que Dios le está dando ahora y que tal vez nunca vuelva te¬ner. ¿Puede alguien impedir el agua para que una persona que llena los requisitos del plan de salvación, pueda ser bautizada? (Hechos 10:47-48). Es verdad que debemos enseñarle lo necesario, pero también es verdad que no debemos impedir que alguien se bautice, solo porque "pensamos" que con poco conocimiento no durará mucho en la iglesia.

 

 Por Agustin Barajas.


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