¿ROCIAMIENTO O BAUTISMO POR INMERSION?

 

Las más famosas puertas de bronce del mundo están en un pequeño edificio, cerca de la gran catedral católica en Florencia, Italia. Tras las puertas del edificio hay una alberca construida para sumergir y levantar cuerpos en bautismo. Aun cuando la Iglesia Católica ha abandonado el bautismo por inmersión, este edificio y otros como él, permanecen como un monumento que señala el significado original y aceptado de la palabra bautismo.


El bautismo es una sepultura como lo prueba la Escritura Más enfáticas que tal evidencia, sin embargo, son las afirmaciones en la Biblia relacionadas con el bautismo. Con claridad y exactitud, Escritura tras Escritura testifican
cómo debe efectuarse el acto del bautismo: "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, afín de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Romanos 6.4). El uso popular establece la definición de cualquier término. Puesto que por las tradiciones de los hombres se enseña que: tanto rociamiento como derramamiento (de agua) son bautismo; no es de extrañar por ello que el diccionario Webster defina "bautizar" como "hundir o sumergir en agua, o derramar o rociar sobre..." Sin embargo, por ninguna manera podría entenderse en el texto inspirado como un simple derramamiento o rociamiento. En Colosenses 2.12, Pablo dio otra referencia igualmente convincente: "Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos".
Cierto predicador, presionado a defender la práctica de derramar agua, recurrió al alegato de que él había visto una copia de un cuadro antiguo que representaba a Juan bautizando a Jesús, cuando Juan estaba parado en la orilla del río, simplemente derramando agua en la cabeza del Maestro. El uso de tal argumento es muestra de la falta de pruebas convincentes para defender una práctica que no se encuentra en la Biblia. No hay cuadros genuinos de los personajes del Nuevo Testamento en existencia. Hay un retrato en palabras por Lucas describiendo el bautismo del eunuco en Hechos 8.36,38: "Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?... Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó".
El bautismo es una sepultura, probado por el idioma griego.


El origen de nuestra palabra bautismo o en castellano "bautizo" aparece como un esfuerzo por disfrazar el significado del bautismo como una sepultura. Cuando la Biblia fue traducida del griego, la práctica de rociar era aceptada generalmente. Si se hubiera traducido correctamente la palabra griega como una sepultura, habría condenado esa práctica. Como consecuencia, la palabra griega "baptizo" quedó como bautismo o "bautizo" sin intentar traducirla.
Además de la forma en que se usa la palabra en el texto en castellano, la mayor evidencia del bautismo como una sepultura es el testimonio del mismo idioma griego. El "Léxico Griego" de Thayer, es uno de los mejores' conocidos en existencia. El define el término así: "Una palabra peculiar del Nuevo Testamento y Escrituras eclesiásticas; inmersión, sumersión. El bautismo cristiano, de acuerdo al punto de vista de los apóstoles, es un rito de sagrada inmersión, ordenado por Cristo". El léxico de Lidell y Scott define la palabra griega traducida bautismo o "bautizo" en su texto como "hundir o sumergir bajo el agua" . Otra referencia, de acuerdo al testimonio de veintiocho léxicos, declara que todos aseveran que el equivalente griego de "bautismo" es inmersión. Tanto la Biblia como la lengua original testifican el verdadero significado del bautismo.


Una tercera prueba proviene de fuentes históricas. Un gran número de enciclopedias afirman que los apóstoles bautizaban por inmersión. La Británica dice: "La forma usual de efectuar la ceremonia fue inmersión... El Concilio de Ravena en 1311, fue el primer concilio de la iglesia que legalizó el bautismo por rociamiento."


La Enciclopedia de Edimburgo
dice: "El bautismo en la era apostólica era efectuado por inmersión. Muchos escritores respetables mantienen que el verbo griego 'bapto' así como su sinónimo hebreo, algunas veces denota rociamiento; pero los varios pasajes a que hacen referencia guiarán a toda mente candida a una conclusión diferente. Igualmente las circunstancias registradas en la primera administración del bautismo son incompatibles con el rociamiento. Si sólo una pequeña cantidad de agua hubiera bastado, el historiador inspirado nunca hubiera dicho que Juan bautizaba en el río Jordán, y en Enón, porque allí había mucha agua".
La Americana afirma: "Bautismo, esto es, hundir, inmergir, del griego baptizo... En tiempos de los apóstoles, la forma de bautismo era muy simple. La persona que era bautizada era hundida en un río o en un lugar con mucha agua; con las palabras que Cristo había ordenado".


Historiadores, como Conybeare y Howson ("Vida y Epístolas de Pablo"), Mosheim, Neander, Schaff, y Stanley, agregan el peso de su erudición a la ponencia de que el bautismo original fue por inmersión. Hombres como Crisostomo, Cipriano, Ireneo, Justino Mártir, y Tertuliano, que vivieron en los años inmediatos a los días de inspiración, frecuentemente hacían referencia al bautismo; y agregan más pruebas de que bautizar es sepultar en agua. 

La Biblia, el idioma griego, y la historia del pasado han unido sus manos en un testimonio común plantado en las gentes de hoy; por lo tanto debe haber esta convicción: "somos sepultados por tanto, con él en el bautismo".

"Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, afín de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Romanos 6.4). Hechos 8.36,38: "Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?... Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó".


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